¿Te vienes a caminar un rato en esta segunda etapa del Camino Inglés? Partimos de Pontedeume, donde lo dejamos ayer, y llegaremos hasta otra ciudad con importantes tintes medievales: Betanzos.

 

Esta etapa es un poco más exigente físicamente que la de ayer, sobre todo en su tramo inicial, a pesar de contar con menos km totales (20). Es muy importante calentar un poco previamente, ya que la etapa comienza con unas rampas muy pronunciadas (hasta un 25%) en las que superaremos un desnivel de casi 180m. Antes de llegar al culmen de la cuesta, nos encontramos el mirador de Aresito, una pequeña plaza desde donde podemos ver una buena panorámica de Pontedeume y la ría.

 

 

Si algo te alegra la cara durante el Camino es buena acogida a los peregrinos por parte de los vecinos de las diferentes localidades. Además del deseo de un «Buen Camino» al pasar, la disposición a contar historias u ofrecer avituallamiento a los caminantes el de lo más habitual. Una vez llegamos a lo más alto de Pontedeume y empezamos el camino llano, nos encontramos una casa con un puesto donde se ofrece agua, fruta fresca y la posibilidad de dejar un mensaje en un libro de firmas. Nos hizo muchísima ilusión y nos ayudó a recuperar las fuerzas.

 

 

A partir de ahí, empezamos un tramo de caminos por el bosque muy bien cuidados y agradables para caminar, donde podemos ver un puente medieval que data del s. XIV. Nos llamó mucho la atención pasar por medio de un campo de golf y ver que los golfistas estaban perfectamente acostumbrados a la presencia de peregrinos. Llegaremos después a Miño, una nueva localidad con todos los servicios, donde nosotros tras atravesar todo el tramo urbano hicimos una pequeña pausa para descansar, estirar, sellar la credencial y reponer fuerzas comiendo algo. Este pueblo cuenta con albergue de peregrinos, punto que podemos tener en cuenta a la hora de planificar nuestras etapas.

 

 

Retomando nuestro deambular por el Camino, llegamos a A Ponte do Porco (el nombre hace referencia a un jabalí o «porco bravo» que es el símbolo de la casa nobiliaria de los Andrade) y posteriormente a un nuevo puente medieval para cruzar el río Lambre (s. XIV). Paso a paso vamos pasando por pequeñas aldeas, zonas boscosas y otras de carreteras secundarias para empezar a ver la ría y acabar llegando a Betanzos. Justo antes de atravesar el puente y la Porta Vella (s. XV) que da acceso a la ciudad, nos encontramos con el santuario de Nuestra Señora del Camino, de estilo renacentista (s. XVI-XVII) y que en algún momento de la historia albergó un hospital para peregrinos. En la ciudad hay dos albergues donde pernoctar, además de todos los servicios para el viajero. Merece la pena aprovechar el tiempo sobrante del día para visitar Betanzos y descubrir toda su historia medieval.

 

 

 

 

Mañana os traemos la tercera etapa! ¿Qué es lo que más os está gustando hasta ahora? Contadnos en los comentarios